En clase no paramos de aprender, toda ocasión es buena para ello, pero no solo aspectos relacionados con la lecto-escritura o la lógica-matemática, sino también y no menos importante inventamos barrios, construimos ciudades, torres donde viven dragones, nos comemos el coco con puzzles o se nos enredan los dedos haciendo collares, y es que el aprendizaje sobrevuela la clase a todas horas.
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